El grupo al que asisto como practicante, es un tercer año, del Liceo Anexo del Solymar 1, en el turno de la mañana.
Este liceo es muy particular, ya que es un anexo como el nombre lo indica, y solo cuenta con cuatro salones. En el turno de la mañana los grupos son dos terceros y dos primeros.
Los salones son pequeños, ya que los grupos no superan los 25 alumnos. Son iluminados, ya que todos dan a la calle. Están en buenas condiciones (hay 2 pizarrones, las puertas. ventanas, bancos, etc, están bien.)
Según me he enterado, el tercero en el que yo hago mi práctica es el mejor de los dos de ese turno. Hay alumnos con muy buenas notas de promoción del año pasado, algunos no tanto, y hasta un par de repetidores.
El nivel de edades es parejo, la gran mayoría tiene 15años, que es la edad adecuada para este nivel, por lo que no se generan diferencias en ese sentido, en cuanto a tener “otros”intereses.
El funcionamiento del grupo es bueno, con la profesora adscriptora, podemos trabajar en buena forma, y hemos logrado que los alumnos en su gran mayoría se involucren e interesen con las distintas propuestas. Y lleven los materiales.
El relacionamiento entre ellos es bastante bueno, siempre están los que se mandan alguna frase fuera de lugar, pero también están los que tienen real interés por trabajar, y consiguen moderar la situación. En general se logra comenzar la clase sin demoras.Encontré un par de líderes positivos, que controlan muy bien a los que tienen otros intereses, y que podrían ser perjudiciales en cualquier grupo. Lo que habla muy bien de ellos, ya que lo hacen en buenos términos, sin discutir, y sin agresión verbal.
Por lo que la docente casi no necesita “ubicarlos” para poder dar la clase.
En el salón están distribuidos en parejas, (dos bancos juntos), y se sientan en algunos casos alumnos y alumnos, sin inconvenientes.
Al momento de trabajar son generosos, se prestan materiales, se consultan y se piden opinión de forma respetuosa. En varias oportunidades me mostraron trabajos de otro compañero a manera de elogio, “mire profe qué bueno que le quedó a fulana o fulano el trabajo”.
En este grupo en particular no observé a ningún alumno “excluído” del grupo, si alguno más retraído o tímido, pero que el resto lo integra de buena forma.
Por suerte para mí, fui aceptada muy bien por ellos, lo que genera una especie de complicidad, sobre todo para algunos que necesitan más atención, o que se les vuelva a explicar la consigna en forma individual, sin quedar en evidencia ante el resto, y ante la propia profesora del grupo.
Cuando les dí la primera clase, les entregué unas imágenes sobre las que trabajarían, dos chicas habían faltado, y el lunes siguiente me estaban esperando a la entrada del liceo, para hablar conmigo, a ver si yo las podría ayudar y si tenía imágenes para ellas, porque no habían estado ese día, y me pidieron si lo podían empezar en clase y “terminármelo” de deberes (como si fuera para mí).
Las dos veces que tuve la oportunidad de darles clase, fueron muy positivas y productivas, se logró un clima muy bueno para trabajar, y el trato fue muy correcto y cordial.
En la institución, la figura principal es la subdirectora, su oficina está a la entrada, y desde allí ve todo el movimiento de los alumnos. Es una persona muy amable, y se nota que tiene muy buen manejo y trato con los chicos. Con ella está un adscripto, con el que también tienen un buen trato, y gran. Se dirigen a los docentes correctamente, no he observado ningún tipo de inconveniente.Este liceo es muy particular, ya que es un anexo como el nombre lo indica, y solo cuenta con cuatro salones. En el turno de la mañana los grupos son dos terceros y dos primeros.
Los salones son pequeños, ya que los grupos no superan los 25 alumnos. Son iluminados, ya que todos dan a la calle. Están en buenas condiciones (hay 2 pizarrones, las puertas. ventanas, bancos, etc, están bien.)
Según me he enterado, el tercero en el que yo hago mi práctica es el mejor de los dos de ese turno. Hay alumnos con muy buenas notas de promoción del año pasado, algunos no tanto, y hasta un par de repetidores.
El nivel de edades es parejo, la gran mayoría tiene 15años, que es la edad adecuada para este nivel, por lo que no se generan diferencias en ese sentido, en cuanto a tener “otros”intereses.
El funcionamiento del grupo es bueno, con la profesora adscriptora, podemos trabajar en buena forma, y hemos logrado que los alumnos en su gran mayoría se involucren e interesen con las distintas propuestas. Y lleven los materiales.
El relacionamiento entre ellos es bastante bueno, siempre están los que se mandan alguna frase fuera de lugar, pero también están los que tienen real interés por trabajar, y consiguen moderar la situación. En general se logra comenzar la clase sin demoras.Encontré un par de líderes positivos, que controlan muy bien a los que tienen otros intereses, y que podrían ser perjudiciales en cualquier grupo. Lo que habla muy bien de ellos, ya que lo hacen en buenos términos, sin discutir, y sin agresión verbal.
Por lo que la docente casi no necesita “ubicarlos” para poder dar la clase.
En el salón están distribuidos en parejas, (dos bancos juntos), y se sientan en algunos casos alumnos y alumnos, sin inconvenientes.
Al momento de trabajar son generosos, se prestan materiales, se consultan y se piden opinión de forma respetuosa. En varias oportunidades me mostraron trabajos de otro compañero a manera de elogio, “mire profe qué bueno que le quedó a fulana o fulano el trabajo”.
En este grupo en particular no observé a ningún alumno “excluído” del grupo, si alguno más retraído o tímido, pero que el resto lo integra de buena forma.
Por suerte para mí, fui aceptada muy bien por ellos, lo que genera una especie de complicidad, sobre todo para algunos que necesitan más atención, o que se les vuelva a explicar la consigna en forma individual, sin quedar en evidencia ante el resto, y ante la propia profesora del grupo.
Cuando les dí la primera clase, les entregué unas imágenes sobre las que trabajarían, dos chicas habían faltado, y el lunes siguiente me estaban esperando a la entrada del liceo, para hablar conmigo, a ver si yo las podría ayudar y si tenía imágenes para ellas, porque no habían estado ese día, y me pidieron si lo podían empezar en clase y “terminármelo” de deberes (como si fuera para mí).
Las dos veces que tuve la oportunidad de darles clase, fueron muy positivas y productivas, se logró un clima muy bueno para trabajar, y el trato fue muy correcto y cordial.
En la institución, la figura principal es la subdirectora, su oficina está a la entrada, y desde allí ve todo el movimiento de los alumnos. Es una persona muy amable, y se nota que tiene muy buen manejo y trato con los chicos. Con ella está un adscripto, con el que también tienen un buen trato, y gran. Se dirigen a los docentes correctamente, no he observado ningún tipo de inconveniente.